jueves, 1 de mayo de 2008

Tango Queer: la diferencia es lo normal


En sus orígenes, el tango era bailado en los arrabales, entre hombres. Luego, el hombre guiaba a la mujer. Comenzaron a surgir los milongueros. Se acentuaron las parejas de baile y hubo reconocidos maestros.
Carlos Gavito, quien el domingo habría cumplido 65 años, fue uno de estos maestros indiscutidos. En las clases, era contundente. "¿Le marco o no le marco a la mujer esta sacada?", le preguntó un principiante, en un salón de Boedo. Hizo bajar la música. "A la mujer, en la pista, yo le marco hasta el momento de pestañear", dijo Gavito, teatral y definitivo.
Hoy, en algunas milongas porteñas se pueden ver bailarines del mismo sexo o parejas mixtas en las que la mujer es la que marca los pasos.
Son las milongas libres, abiertas a la diversidad, donde uno puede bailar con quien desee y la música puede ser cualquier tipo de tango, inclusive el electrónico. Es el Tango Queer, donde la normalidad está definida por la diferencia.
La propuesta es la apertura, la expansión, la exploración de las posibilidades que da el saberse diferente. La propuesta es bailar el tango sin que los roles estén fijos al sexo de quienes lo bailan. Un espacio de tango liberado.
El profesor y bailarín Augusto Balizano junto a su socia Roxana Gargano crearon, hace nueve años, La Marshall, la primera milonga gay de Buenos Aires y también uno de los primeros lugares en donde se practicaba el Tango Queer.
Otra precursora fue la profesora Mariana Falcón, que comenzó a dar clases de tango sólo para mujeres en Simón en su Laberinto, un bar de San Telmo.
Lo queer se caracteriza por no reclamar algo, sino por tomarlo directamente. No se busca negociar sino que se acciona. Es un movimiento de choque, desobediente, subversivo de los mandatos conservadores.
El término
Queer en sentido literal significa raro, extraño, o también excéntrico, estrambótico, sospechoso. Fue utilizado para nombrar a la comunidad gay, lesbiana, transexual e intersex de manera peyorativa. El movimiento queer apareció a principios de los '90 en el seno de la comunidad gay y lesbiana de los Estados Unidos. En ese contexto, algunos decidieron autodenominarse con este término despectivo, resignificándolo.

En el tango tradicional el hombre es el que marca los pasos y la mujer lo sigue. En Tango Queer, la ventaja de intercambiar el papel para las mujeres es que, de esa manera, adquieren más conocimientos sobre la danza y, además, no se trata de un reto a las costumbres sino del respeto por la diversidad, la igualdad de las personas y la aceptación de otras maneras de expresarse.

No hay comentarios: